Tras muchos meses de vaivenes, de negativas parlamentarias, de prórrogas, el Reino Unido encara su "divorcio" con la Unión Europea y lo hace aún desconociendo cuáles serán sus efectos económicos y como afectará al resto de países de su entorno como España. Se abre un periodo de transición en la que los acuerdos bilaterales entre la UE y su antiguo socio serán vitales para España.

Tras la aprobación por parte de la Cámara de los Comunes del Acuerdo de Retirada de la Unión Europea el pasado 9 de enero, con 330 votos a favor y 231 en contra, este viernes 31 de enero se consumará el divorcio entre el Reino Unido y la Unión Europea. Pero, afortunadamente para todos, este divorcio será consensuado abriéndose un largo y seguramente con altibajos periodo de transición hasta el 31 de diciembre (que incluso puede prorrogarse) en el que cerrar acuerdos que determinen como serán las relaciones entre ambas partes en aspectos sociales y, por supuesto, económicos.

Relaciones comerciales, impacto pendiente de un acuerdo

Uno de los puntos clave será como serán las relaciones comerciales. En este periodo de transición todo seguirá igual, Reino Unido permanecerá en la Unión Aduanera y en el Mercado Único y se seguirá importando y exportando sin ningún tipo de traba.

En estos meses toca determinar como serán las relaciones comerciales, si tendrá un estatus especial o no, jugándose mucho dinero sectores tan importantes como la industria automovilística, el sector con más peso en las exportaciones españolas a Reino Unido, que en 2018 superó los 5.600 millones de euros, más del 30% del total de exportaciones de esta industria en España, distribuido en un 80% en venta de vehículos y otro 20% restante de componentes.

Si se logra un acuerdo beneficioso entre ambas partes, con figuras como socio preferente, se conseguiría que el impacto sea menor, más cuando el sector encara años con incertidumbres marcados por el cambio de preferencia del consumidor y el impacto de la reconversión en modelos más ecológicos. En este entorno ciertas caídas relacionadas además con un menor consumo porque se retraiga la economía británica es lo más probable, demorándose decisiones de compra y por tanto reduciendo las exportaciones.

Agricultura, un mercado importante para España

Otro sector importante en las relaciones entre España y el Reino Unido es el agroalimentario. Las exportaciones de España a Reino Unido superaron por primera vez los 4.000 millones de euros y los tres millones de toneladas en 2018, a pesar de estar ya en proceso el Brexit.

Reino Unido depende mucho de los alimentos españoles, que suponen el 9% de los alimentos que importa, solo superado por Países Bajos, Irlanda, Alemania y Francia. Las mayores partidas agroalimentarias son frutas (1.036 millones de euros), hortalizas y legumbres (907 millones), bebidas (442 millones), preparaciones vegetales (296 millones) y preparaciones alimenticias (199 millones).

Estas exportaciones, aunque crecen lo hacen a un ritmo menor desde el año 2016. La dependencia de alimentos frescos de la UE les hace difícilmente sustituibles, además de ser valorados por los británicos, pero aún así el escenario más probable es de ralentización y de posible caída, aunque lo más probable sigue siendo que en este periodo de transición se busquen fórmulas para que las limitaciones a la importación sean las menores posibles.

Turismo, un sector vital

Pero donde más preocupa los efectos es en el turismo. El Reino Unido es el mayor emisor de viajeros hacia los destinos turísticos españoles, pero ya ha visto como se ha detraído de forma moderada en los últimos meses. Los 18,5 millones de turistas de 2018 supusieron 300.000 menos que en el año anterior y en los 7 primeros meses de 2019 la caída continúo tras descender otros 163.000 viajeros con respecto a 2018.

Muchas empresas turísticas han elaborado planes de contingencia con escenarios muy negativos, que supone una pérdida de hasta el 20% de los turistas británicos, más de 3,5 millones al año, una cifra imposible de sustituir en su totalidad, aunque se hicieran esfuerzos por atraer viajeros de otros países.

Probablemente el escenario que nos encontremos no será tan negativo, ya que un Brexit con acuerdo evitaría o disminuiría el caos en el tránsito de viajeros y problemas con las aerolíneas. Pero lo que más preocupa, como en las relaciones comerciales, son los efectos a medio plazo de una recesión económica en el Reino Unido. Y es que, además de la sombra del Brexit, la recuperación de países competidores del Mediterráneo como Turquía y Egipto o nuevos destinos con importante crecimiento como Cabo Verde, más económicos y por tanto más atractivos para viajeros con menos dinero en el bolsillo, amenazan la captación de turistas.

Por todo ello lo que preocupa más es cómo afectará el Brexit al PIB británico y cómo impactará en la libra esterlina. Si la divisa británica cae con fuerza, el impacto sobre la economía británica podría ser muy relevante. Por el contrario, si se consigue estabilizar la libra, que se ha recuperado levemente en los últimos meses, se podrá moderar las consecuencias para la exportación y turismo. Y de todo ello, dependerá mucho los acuerdos que se vayan cerrando en este año 2020 entre el Reino Unido y la Unión Europea.