Reforma constitucional exprés en Rusia, que además ha recibido ya el respaldo de todos los partidos con representación parlamentaria, incluidos los pertenecientes a la oposición sistémica. Tan solo una semana después de que el presidente, Vladímir Putin, anunciara sus propuestas para modificar la Carta Magna con la mente puesta en su sucesión en 2024, la Duma las adoptó ayer en primera lectura, tras un "debate" de apenas dos horas y por unanimidad. Un total de 432 diputados, incluidos los comunistas, votaron a favor, ninguno en contra.

Entre las reformas, destinadas a que Putin mantenga intacta su influencia en la política del país cuando acabe su actual mandato en 2024, destaca la capacidad del Parlamento para nombrar al primer ministro a propuesta del presidente, el reforzamiento del Consejo de Estado, un órgano hasta ahora consultivo, y el endurecimiento de las condiciones para poder aspirar a la jefatura del Estado incrementando los años de residencia obligatoria en Rusia para cerrar el paso a los magnates opositores exiliados.

Los analistas no han logrado descifrar todavía cuál es el diseño de Putin, que lleva veinte años al frente del país, para mantener su influencia en el futuro. Sin embargo, la mayoría de los observadores coinciden en que seguirá controlando el país desde la presidencia del reforzado Consejo de Estado.

Funciones solapadas

Este nuevo órgano constitucional está llamado, según el proyecto de reforma constitucional, a "garantizar el funcionamiento coordinado y la interacción de los órganos de poder estatal, así como el diseño de las principales directrices de la política interior y exterior de la Federación Rusa".

Estas funciones se solapan con las actuales prerrogativas del presidente, por lo que muchos expertos ven en el Consejo de Estado el lugar perfecto desde el que Putin podrá mantener las riendas del poder tras finalizar su mandato.

Todavía restan varias votaciones, tanto en la Cámara baja parlamentaria como en el Consejo de la Federación (Senado), pero se prevé que antes de que dé comienzo la primavera, todo el proceso de reforma constitucional estará culminado, con el fin de ser sometido a votación popular en abril.

Pese a que en teoría las propuestas de reformar debían emanar de un grupo de trabajo creado al efecto, sus miembros han admitido que en realidad lo único que han hecho ha sido corregir y dar forma a unos enunciados que ya estaban escritos de antemano, según informó "Deutsche Welle".

Preguntado sobre la rapidez de todo el proceso y las posibles irregularidades que se pudieran estar cometiendo, Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, se ha limitado a recordar que las propuestas presidenciales siempre tienen "prioridad" en el Parlamento.

Críticas de opositores

La celeridad con la que se están acometiendo los cambios constitucionales, tras años de quietismo y de supuesta estabilidad institucional, está siendo duramente criticada por comentaristas próximos a la oposición liberal. Estos opositores se preguntan qué es lo que está sucediendo en el seno de la élite que dirige el país. Algunos especulan incluso con la posibilidad de que se haya instalado en la cúpula del Kremlin un cierto estado de inquietud ante el descontento creciente de la población por la constante caída de sus ingresos.