El experimento del Movimiento 5 Estrellas (M5S), el partido de laboratorio que antaño supo recoger mejor el malestar social en Italia, ha sufrido su esperada implosión. Y el estruendo no ha sido poca cosa. A pocas semanas de un importante congreso de la formación, en marzo, y antes de las complicadas elecciones regionales de este domingo en Emilia Romaña (Bolonia), Luigi Di Maio ha presentado este miércoles su renuncia al frente del M5S, abriendo la puerta a una crisis sin precedentes para la formación.

"Hice lo mejor que pude para defender (a este partido) de las trampas que ha habido en el camino. La historia nos dice que algunos nos traicionaron", dijo Di Maio en un largo discurso en el que habló de "fuego amigo" y "vendetas", a la vez que citó a Aldo Moro, el influyente líder democristiano asesinado en 1978 por las Brigadas Rojas. "Los peores enemigos ha sido los que no imaginaba tener", insistió. Su sustituto de manera temporal será el senador Vito Crimi, conocido por su desconfianza hacia la prensa.

En verdad, el rumor ya corría desde hace semanas. El desastre de las elecciones europeas del mayo pasado (en las que el M5S apenas obtuvo un 17%), los continuos abandonos y expulsiones de parlamentarios del M5S (que suman unos 30), y la guerra fratricida que se desató en los últimos meses dentro de este partido han sido el punto de quiebra final que llevó a la decisión de Di Maio, según confirmaron observadores e integrantes de la formación consultados por este diario.

"Creo que se ha sentido consumido por los continuos ataques internos. Un cosa es que te ataquen tus adversarios, otra es que lo hagan los tuyos", argumentó el diputado Sergio Battelli, cercano a Di Maio. "Un factor fundamental fue la toma de conciencia de Di Maio de que ya no tenía el control de los grupos parlamentarios", añadió Luca De Carolis, periodista del diario 'Il Fatto Quotidiano', quien fue el primero en informar semanas atrás del paso que el político meditaba desde hace un mes. "Aunque tal vez, con esta maniobra, Di Maio también ha querido demostrar que sin él, el M5S tendrá grandes dificultades", puntualizó De Carolis.

La marcha de Di Maio, que supo salir airoso de la crisis desatada por La Liga el pasado verano para intentar sin éxito un adelanto electoral, cierra una etapa dentro del M5S. Di Maio, de 33 años, se hizo con el liderazgo del partido en 2017, cuando remplazó a uno de los fundadores de esta formación, el cómico Beppe Grillo.

Su punto de no retorno fue la alianza con La Liga tras las elecciones de 2018, que benefició a los ultraderechistas y perjudicó seriamente al M5S, poniendo así en discusión el liderazgo del joven líder hasta llevarlo a la situación actual.

La incógnita es ahora qué consecuencias tendrá esta decisión para el M5S o el Gobierno de coalición que formó en agosto con el Partido Demócrata (PD, socialdemócrata). "Personalmente pediré que todos los que le criticaron asuman sus responsabilidades", dijo el diputado Battelli. "¿Si lo considero una buena noticia? No, tenemos un compromiso con personas que respetamos", añadió por su parte Nicola Zingaretti, jefe del PD.