El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, alardeó ayer de una conversación mantenida el domingo con el presidente estadounidense, Donald Trump, en la que habrían abordado la posibilidad de que Israel se anexione formalmente Cisjordania, región ocupada desde la guerra de los Seis Días (1967), pero bajo el control administrativo de la Autoridad Nacional Palestina.

La anexión de Cisjordania, que confinaría la presencia de autoridades palestinas a la Franja de Gaza, es una de las promesas electorales hechas por Netanyahu en la campaña para las últimas elecciones. La conversación con Trump llega después de que el pasado 18 de noviembre EE UU dejara de considerar ilegales los asentamientos judíos en Cisjordania, rompiendo así una posición de 40 años.

En todo caso, las palabras de Netanyahu han de situarse en el marco de la situación política del país, abocado a unas terceras elecciones consecutivas, y de la personal de Netanyahu, procesado por corrupción.