El primer ministro de Irak, Adel Abdul Mahdi, anunció ayer que va a presentar su dimisión con carácter irrevocable al Parlamento para que los diputados puedan elegir un nuevo Gobierno.

La dimisión de Mahdi, tras semanas de violentas protestas que ya se han cobrado más de 400 vidas, es respuesta al llamamiento a un cambio de líder hecho ayer por el principal clérigo chií del país, el gran ayatolá Alí al Sistani.

Espiral violenta

Con anterioridad, el dirigente religioso había instado al Parlamento a estudiar la posibilidad de retirar su apoyo a Mahdi para frenar la espiral de violencia del país.

Tras la dura jornada del jueves, que se saldó con 68 muertos en varias ciudades, ayer se reanudaron los enfrentamientos y 16 personas fueron abatidas a tiros en Nasiriya.