El presidente de Chile, Sebastián Piñera, confirmó ayer su regreso a posiciones de dureza frente al estallido social que vive el país al pedir a las fuerzas de seguridad que actúen sin "tibieza, ambigüedad ni debilidad", porque se enfrentan a un "enemigo poderoso e implacable". Las protestas se han cobrado hasta ahora 23 muertos entre numerosas denuncias de violaciones de los Derechos Humanos en la represión policial. En paralelo, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, estimó que la crisis social podría generar hasta 300.000 parados adicionales. La tasa de paro en Chile es de un 6,8%. Los manifestantes protestan por los bajos salarios y pensiones, y han logrado que se ponga en marcha una reforma constitucional para eliminar de la Carta Magna la preeminencia del sector privado en pensiones, sanidad y educación.

En Uruguay, el voto por correo, cuyo escrutinio aún no había finalizado ayer, ya ha dado por ganador indiscutible de la segunda vuelta presidencial al derechista Luis Lacalle Pou. La victoria de Lacalle pone fin a los quince años de Gobierno de la coalición izquierdista Frente Amplio (FA). El candidato del FA, Daniel Martínez, reconoció su derrota ayer mismo. Lacalle sucederá al actual presidente, Tabaré Vázquez, el próximo 1 de marzo.