El secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, confirmó que el presidente Donald Trump le ordenó permitir al miembro de las fuerzas especiales SEAL, Edward Gallagher, conservar su insignia de Tridente pese a haber sido condenado por crímenes de guerra. Gallagher fue acusado de apuñalar y matar a un combatiente del Estado Islámico bajo custodia. La polémica decisión ha generado una división en el Ejército estadounidense.

"Hablé el domingo con el presidente. Me dio la orden de que Eddie Gallagher conservara su insignia de Tridente", afirmó Esper en rueda de prensa desde el Pentágono. "El caso de Eddie Gallagher lleva arrastrándose durante meses y ha distraído a demasiada gente. Debe acabar. Conservará su Tridente tal como me ha ordenado el comandante en jefe y se retirará cuando termine este mes", añadió.

Trump manifestó la semana pasada en su Twitter su deseo de que Gallagher se retirara conservando el Tridente, pero al parecer fue necesaria una orden directa del inquilino de la Casa Blanca que supone saltarse el procedimiento de revisión interna del Pentágono.

Además, Esper reveló que el secretario de Marina, Richard Spencer, quien dimitió el domingo, le dijo que renunciaría si le obligaban a devolver el Tridente a Gallagher.

Gallagher fue sometido a consejo de guerra acusado de asesinato premeditado, intento de asesinato, obstrucción de la justicia y posar en una fotografía con un muerto, pero en julio fue condenado solo por el último delito -delito de descrédito de las Fuerzas Armadas- y degradado, lo que supondría que se licenciaría sin el Tridente de los SEAL.