La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, promulgó ayer la ley de urgencia para convocar lo antes posible nuevos comicios en el país, con el compromiso de que serán unas elecciones "limpias, justas y transparentes".

Áñez subrayó el compromiso de su Gobierno provisional con unas elecciones limpias frente al "fraude" del que acusa a Evo Morales en los comicios del pasado 20 de octubre, que dieron vencedor para un cuarto mandato al mandatario ahora asilado en México y cuyos resultados quedan anulados por la nueva legislación.

La norma establece que la próxima cita con las urnas tiene que celebrarse en un plazo máximo de 120 días, a partir de que sean convocadas por un nuevo órgano electoral que tiene que elegir el Parlamento boliviano.

Los próximos comicios se celebrarán con un nuevo censo, después de que el anterior generara denuncias de irregularidades, y con todos los partidos que deseen concurrir.

Otro artículo clave es el que recalca que los candidatos no pueden eludir el límite constitucional de dos mandatos seguidos en sus cargos. La oposición concurrió a las urnas en octubre pese a considerar que Morales era un candidato ilegal por no respetar ese límite, aunque su candidatura estaba avalada por el entonces órgano electoral.

Protestas en Colombia

Entre tanto, en Colombia, un joven herido gravemente por la Policía el sábado, durante la tercera jornada de protestas contra el Gobierno, aumentó la tensión social en el país.

El ataque, que desató otra ola de movilizaciones, ocurrió en el centro de Bogotá, donde decenas de personas protestaban pacíficamente, cuando un miembro del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía (ESMAD) disparó una bomba aturdidora que golpeó la cabeza del joven, que fue trasladado al Hospital San Ignacio de la capital.

Congresistas colombianos y ONG pidieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que investigue la "grave situación" durante las protestas.