El presidente de Colombia, Iván Duque, anunció este viernes que la próxima semana iniciará con todos los sectores políticos y sociales un diálogo nacional para mejorar su Gobierno tras dos días de manifestaciones en todo el país seguidas de una ola de violencia.

"A partir de la próxima semana daré inicio a una conversación nacional que fortalezca la agenda vigente de política social; trabajando así, de manera unida, en una visión de mediano y largo plazo, que nos permita cerrar las brechas sociales", dijo el jefe de Estado en una alocución televisada.

Bogotá vivió este viernes una jornada de caos por una ola de violencia y de saqueos en el sur de la ciudad que terminó con el decreto de toque de queda y con cacerolazos en varias zonas en contra de la política económica y social del Gobierno del presidente Iván Duque.

Desde temprano comenzaron los desmanes en las barriadas de Bosa, Kennedy y Ciudad Bolívar, donde encapuchados bloquearon las principales estaciones de transporte público y atacaron con piedras y otros objetos a los policías que los repelieron con gases lacrimógenos.

Frente a esta situación el alcalde, Enrique Peñalosa, decretó un inédito toque de queda en todo Bogotá para tratar de restaurar el orden público, que está vigente desde las 21.00 hora local (02.00 GMT del sábado).

Antes de esto, la Policía dispersó con gases lacrimógenos en la céntrica Plaza de Bolívar un nuevo cacerolazo contra el Gobierno de Duque, justo cuando los manifestantes habían comenzado su protesta.

El sur de la ciudad fue la zona más afectada por la ola de violencia y por los saqueos a los comercios, especialmente el barrio de Patio Bonito, que vivió horas de tensión por los enfrentamientos entre policías y vándalos.

Una de las escenas más impactantes ocurrió en el barrio de Meissen, donde un puñado de encapuchados robó un autobús del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) que luego utilizaron para derribar la puerta de un supermercado y enseguida saquearlo. En respuesta, un grupo de ciudadanos increpó a los ladrones y obligó a algunos de ellos a devolver las mercaderías robadas.

Como respuesta, el alcalde Peñalosa aseguró que en la ciudad hay 4.000 soldados del Ejército apoyando a unos 20.000 policías en la vigilancia y mantenimiento del orden.

Los habitantes de Bogotá no recuerdan una ola de violencia como la de hoy, y los más viejos evocan la oscura época del "Bogotazo", la revuelta que se desató el 9 de abril de 1948 por el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, magnicidio considerado un marco de la violencia en Colombia.