La senadora opositora Jeanine Áñez asumió ayer de madrugada (hora española) la presidencia interina de Bolivia en sustitución del dimitido Evo Morales, exiliado en México. Áñez ha recibido el respaldo tanto del Ejército como de la Policía, que forzaron a Morales a presentar el domingo su dimisión por irregularidades "muy graves" detectadas por la OEA en el escrutinio de las elecciones del 20 de octubre.

Áñez, hasta ahora vicepresidenta del Senado, fue designada primero presidenta de la cámara en una polémica sesión marcada por la ausencia de los legisladores del mayoritario MAS, el partido de Morales, que anunciaron para la pasada madrugada una sesión revocatoria. EE UU respaldó a Áñez, rechazada tanto por México como por Venezuela.

La crisis desatada en Bolivia tras las elecciones generales del 20 de octubre ha causado ocho muertos, 508 heridos y 460 detenidos en distintos incidentes en 24 días de manifestaciones, según datos de la Defensoría del Pueblo. La violencia se recrudeció en Bolivia el domingo, cuando Evo Morales renunció a la presidencia del país y grupos vandálicos provocaron saqueos, incendios y destrozos al mobiliario urbano en diferentes regiones del país.