El Gobierno de Hungría, encabezado por el primer ministro ultranacionalista Viktor Orban, ha renunciado definitivamente a su plan para separar los tribunales de lo contencioso administrativo del marco judicial general, después de las dudas expresadas tanto por la Comisión Europea como por el Consejo de Europa. La oposición veía en la reforma una puerta abierta a la intervención de Orban en el sistema judicial.