El grupo yihadista Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) admitió ayer la muerte de su líder y fundador, Abu Bakr al Bagdadi, cuatro días después de que fuese anunciada por EE UU, cuyas fuerzas especiales acabaron con su vida el pasado fin de semana en una operación en el norte de Siria.

Un portavoz del grupo comunicó que su consejo consultivo acordó que Abu Ibrahim Al Qurashi sea el nuevo "emir de los creyentes y califa de los yihadistas". Sobre EE UU, el portavoz denunció que su "destino está controlado por un anciano estúpido que cambia de opinión de la noche a la mañana".

Tras la desaparición del "califato" del ISIS en Siria e Irak, buena parte de sus combatientes están presos en el norte de Siria. Entre los que siguen libres, muchos se han refugiado en la isla filipina de Mindanao.