El proceso para la destitución del presidente de EE UU, Donald Trump, dio ayer un importante paso adelante al ser oficializado mediante una votación en la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata. Con 232 votos a favor y 196 en contra, la Cámara aprobó un texto que marca las normas que deberán seguir las investigaciones, aunque no fija un calendario.

En adelante, las comparecencias de los testigos, desarrolladas hasta ahora a puerta cerrada, serán públicas y se retransmitirán por televisión, lo que en los próximos meses las convertirá en un elemento primordial de la campaña electoral para las presidenciales de 2020. Además, los abogados de Trump podrán participar en las audiencias y los republicanos tendrán derecho a convocar testigos y solicitar documentos, potestad hasta ahora restringida a los demócratas.

La Cámara pretende probar que Trump presionó por teléfono en julio al presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, para que activase una investigación sobre supuestas maniobras del exvicepresidente Biden destinadas a frenar pesquisas de la fiscalía ucraniana sobre las actividades en el país de su hijo Hunter, asesor de una empresa gasística. Trump habría congelado 400 millones de ayuda militar como medida de presión a Kiev.

"Lo que está en juego en todo esto es nada menos que nuestra democracia", dijo la presidenta de los Representantes, Nancy Pelosi, tercera autoridad de la nación, antes de dar comienzo a la votación. La decisión de la Cámara fue mal acogida por la Casa Blanca. Trump tuiteó uno de sus habituales "la mayor caza de brujas de la historia de EE UU", mientras su portavoz, Stephanie Grisham, se quejó de que la investigación no da "ninguna garantía procesal a la Administración".