El presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, ingresó hoy en un hospital de Lisboa para someterse en las próximas horas a un cateterismo, un procedimiento tras el que deberá pasar 24 horas bajo vigilancia médica.

Rebelo de Sousa ha llegado conduciendo su vehículo al Hospital de Santa Cruz, en las afueras de la capital lusa, donde ha dicho a periodistas que está "muy tranquilo" y de buen humor, y ha comentado la posibilidad de seguir por televisión desde su habitación los debates políticos que transcurren hoy y mañana en el Parlamento.

Fue el propio presidente quien reveló a principios de este mes la necesidad de someterse a un cateterismo, tras varios exámenes médicos que revelaron una "acumulación de calcio" en uno de los vasos sanguíneos del corazón.

La prueba de hoy arrojará resultados concluyentes sobre dicha acumulación, y si requiere o no una intervención cardíaca, una cuestión que ha generado cierta preocupación en el país, dada la enorme popularidad de Rebelo de Sousa.

"No hay ninguna situación crítica o grave, si no lo habría dicho porque es de interés público", comentó el presidente días después de anunciar que se realizaría un cateterismo para restar importancia al procedimiento.

Se espera que tras la prueba permanezca ingresado 24 horas.