Los detractores del presidente boliviano, Evo Morales, siguieron ayer, por quinto día consecutivo, tercero de paro indefinido, con la "movilización permanente" que han declarado para lograr una segunda vuelta electoral, lo que ha provocado recrudecidos altercados en La Paz y otras ciudades del país. Anoche se esperaban varias marchas, entre ellas una que se proponía alcanzar la sede del Tribunal Supremo Electoral. Los tribunales electorales han sido uno de los blancos de los ataques de estos días. Los manifestantes han llegado a incendiar algunas de sus sedes. Al menos 57 personas han sido detenidas y 29 han resultado heridas, incluidos menores, en las protestas iniciadas el pasado lunes.

Según el último recuento difundido por el Tribunal Supremo Electoral, con el 99,99% de las actas escrutadas, Morales se ha hecho con los votos necesarios para evitar una segunda vuelta electoral, lo que lo convierte en el ganador de las elecciones celebradas el pasado domingo y le da acceso a un cuarto mandato, tras 13 años de desempeño de la presidencia.

Con un 47,07% de los apoyos, Morales se coloca a 10,56 puntos porcentuales respecto al opositor Carlos Mesa, que se ha hecho con el 36,51% de las papeletas. Ahora que solo queda por escrutar un 0,01%de los resultados, la situación es matemáticamente irreversible. La ley electoral exige para una victoria en primera vuelta la mayoría absoluta o una diferencia de diez puntos.

El encargado de Latinoamérica en el departamento de Estado de EE UU, Michael Kozak, pidió ayer a Morales que cuente con "exactitud" cada uno de los votos de las presidenciales porque hay dudas "reales" sobre su legitimidad.