El Gobierno y el Parlamento británicos iniciaron ayer una semana que se prevé escenario de duros enfrentamientos en torno al acuerdo sobre el "Brexit" alcanzado la pasada semana entre el primer ministro, el conservador Boris Johnson, y la Unión Europea. De momento, el primer acto se saldó con un nuevo varapalo al líder "tory", que vio cómo el "speaker" (presidente) de la Cámara de los Comunes, John Bercow, se oponía a que el pacto fuese sometido de nuevo a votación.

Bercow basó su negativa en que el texto ya fue debatido por los parlamentarios el pasado sábado, aunque no llegó a votarse, y esgrimió la norma que prohíbe presentar un proyecto dos veces en el mismo periodo de sesiones. El sábado, la oposición introdujo una enmienda que congela cualquier votación hasta que el Gobierno logre que se apruebe el proyecto de ley que debe regular el "Brexit". Fue entonces cuando Johnson retiró el acuerdo del orden del día parlamentario.

Así pues, el texto no fue ni siquiera votado y el primer ministro, en aplicación de la ley Benn, tuvo que pedir una nueva prórroga del "Brexit" -la actual expira el día 31-, aunque lo hizo mediante una doble carta: una sin firmar, que recogía la exigencia parlamentaria de solicitar una extensión, y otra, rubricada, en la que desgranaba todos los perjuicios que un nuevo aplazamiento causaría, según él, al Reino Unido y la UE.

El siguiente paso llegará hoy, martes. Un portavoz del primer ministro anunció la inminente publicación del proyecto de ley que traslada a la legislación británica el nuevo acuerdo del "Brexit" y añadió la intención del Gobierno de convocar una votación sobre el texto en primera lectura. Esta será para Johnson la oportunidad de comprobar si cuenta con los 320 votos necesarios para su acuerdo.

En todo caso, el trámite parlamentario, que el Ejecutivo quiere llevar por vía de urgencia para que el jueves pase a la Cámara de los Lores, será la oportunidad de una nueva y cruenta batalla por la vía de las enmiendas. Los laboristas presentan dos, en concreto, que pueden amenazar el acuerdo: en la primera reclaman que el Reino Unido permanezca dentro de la unión aduanera, mientras que en la segunda, condicionan la aprobación definitiva del acuerdo de Johnson sobre el "Brexit" a que sea sometida a referéndum.

Entre tanto, Europa observa los acontecimientos antes de decidir sobre una nueva prórroga que podría llegar a ser innecesaria. Francia la condicionó ayer a que haya cambios políticos significativos que la justifiquen: elecciones adelantadas o un segundo referéndum.