El primer ministro británico, Boris Johnson, sufrió ayer una nueva derrota en su pretensión de materializar la ruptura entre Gran Bretaña y la Unión Europea (UE) el ya muy cercano 31 de octubre. Pese a las presiones y urgencias de Johnson, la Cámara de los Comunes aprobó una enmienda del "tory" rebelde Oliver Letwin que obliga a aprobar la legislación vinculada al acuerdo alcanzado con la UE como paso previo a la ratificación del acuerdo.

Johnson insistía, sin embargo, en que cumplirá con la fecha ahora marcada para el "Brexit" y la próxima semana llevará a la Cámara esa normativa. Tras resistirse, a última hora habló con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk y le anticipó que enviará la carta que le exige la Cámara para solicitar el aplazamiento. Tusk abrirá contactos para concretar en los próximos días la respuesta comunitaria.

La enmienda fue aprobada por 322 votos a favor y 306 en contra en una sesión extraordinaria en la Cámara de los Comunes, la primera que se celebra en sábado en más de 37 años, desde la guerra de las Malvinas, y que fue convocada para que los diputados apoyasen o rechazasen el acuerdo que Johnson negoció con la UE. Al prosperar la iniciativa de Letwin, el Gobierno conservador decidió dejar en suspenso la votación del acuerdo del "Brexit".

Johnson disponía de plazo hasta la medianoche de ayer para solicitar formalmente a Bruselas una prórroga de la ruptura en virtud de la llamada Ley Benn, que establece esa exigencia si el Gobierno no tenía aprobado para esa hora un acuerdo del "Brexit". Sin embargo, Johnson se escuda en la idea de que la llamada Ley Benn solo impone una postergación en el caso de que no exista acuerdo previo entre Londres y la UE o que el Parlamento imponga un "Brexit" sin acuerdo, sin que se diera ninguno de los dos casos. En un principio, Johnson se comprometió a cumplir con la enmienda el próximo lunes, con la presentación de la legislación requerida para abandonar la Unión Europea. Visiblemente molesto, el líder conservador dejó claro que no está dispuesto a negociar otro retraso porque "sería malo para este país, malo para la Unión Europea y malo para la democracia". Sin embargo, finalmente Johnson habló con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, para decirle que enviará la carta a la que le obliga Westminster para solicitar la prórroga del "Brexit". Tras esa conversación, Tusk iniciará las consultas con las capitales sobre la respuesta que dar al primer ministro británico. La UE debe aceptar ahora una prórroga, rechazarla o bien proponer una periodo de tiempo alternativo.

El primer ministro británico envió anoche una segunda carta a los diputados para informarles de que en su comunicación escrita dirá a la Unión Europea que otra prórroga de la ruptura "no es la solución" a la actual crisis.

En un mensaje enviado por la red social Twitter, Tusk escribió: "La solicitud de prórroga acaba de llegar. Ahora empezaré a consultar a los líderes de la UE sobre cómo reaccionar".