Donald Trump ordenó ayer la retirada total del norte de Siria, donde Estados Unidos tiene desplegado un millar de soldados, ante la evidente intención de Turquía de ampliar su ofensiva contra las milicias kurdosirias y las noticias de que el régimen de Bachar al Asad se prepara para avanzar hacia el norte tras haber llegado a un acuerdo con las fuerzas sobre las que Ankara lanzó una ofensiva hace cinco días, precisamente con permiso de Washington.

El avispero que es desde hace siete años la guerra siria amenaza ahora con generar un conflicto específico en el norte en el que, tras la retirada de EE UU, terminarían enfrentándose tropas turcas y sus aliados del Ejército Nacional Sirio (ENS), por un lado, y las milicias kurdosirios YPG, con apoyo del régimen de Damasco, respaldado por Rusia e Irán.

Temor al que hay que añadir el riesgo de un resurgimiento del Estado Islámico (ISIS), del que ayer habló sin tapujos el exsecretario de Defensa, James Mattis, al que Trump destituyó el pasado diciembre por ponerse en contra del repliegue militar en Siria. "El ISIS va a resurgir, es un hecho que volverán", vaticinó Mattis.

El Pentágono no quiere mantener tropas en un terreno tan peligroso. El ahora secretario de Defensa, Mark Esper, anunció que Trump le había dado orden de retirar a todas las tropas del norte de Siria. Sobre todo, después de saber que Turquía tiene la intención de expandir su ataque "más al Sur de lo planeado originalmente y al Oeste", detalló Esper en el programa de la CBS "Face the nation".

Esper explicó que hay señales de que las milicias kurdosirias, un importante aliado de EE UU en su combate contra los yihadistas del ISIS, "está buscando cerrar un acuerdo" con el régimen sirio y Rusia para llevar a cabo un contraataque en el norte. Las autoridades kurdosirias confirmaron después que el Ejército sirio se desplegará en la frontera con Turquía para "impedir la agresión" de este país.

Al mismo tiempo, Esper dijo que algunas de las acciones de las fuerzas turcas en su incursión contra los kurdosirios "parecen ser" crímenes de guerra. "Hay una situación muy terrible allí, una situación causada por los turcos; pese a nuestra oposición, decidieron hacer esta incursión ", precisó Esper. Trump amenaza con imponer a Turquía "poderosas sanciones".

Pese a las advertencias de EE UU, Alemania y Francia -que ha suspendido la exportación de armamento a Turquía-, Ankara intensifica su ofensiva contra las milicias kurdas. Los avances trajeron consigo una segunda "victoria": la conquista del centro de la ciudad fronteriza de Tal Abiad; al menos, según los medios oficiales turcos. Ankara anunció el sábado la toma de la ciudad de Ras al Ain, distante 100 kilómetros de Tal Abiad. Sin embargo, las fuerzas kurdas oponen resistencia en ambas plazas.

El presidente Erdogan insistió en su objetivo de controlar todo el noreste de Siria, desde el río Éufrates hasta la frontera con Irak, y aseguró que las sanciones no detendrán la ofensiva.