La ofensiva turca en el noreste de Siria causó ayer más bajas civiles. Once de ellos murieron en un ataque contra un convoy en el que viajaban periodistas, mientras que las autoridades kurdosirias denunciaron la fuga de centenares de miembros del grupo yihadista Estado Islámico (ISIS en sus siglas en inglés) de un campo de detención.

Después de que las fuerzas kurdas advirtieran el sábado de que no iban a priorizar la seguridad de los centros de detención de los radicales en medio del asalto turco contra ellas, la autoproclamada Administración autónoma del Norte y el Este de Siria afirmó que 785 extranjeros vinculados al ISIS habían huido del campo de Ain Issa.

Explicó en internet que un grupo de "mercenarios de Turquía", en aparente referencia a los rebeldes sirios que apoyan a Ankara, atacaron ese centro con apoyo aéreo de la aviación de Turquía y los yihadistas se amotinaron y se escaparon.

Asimismo, las autoridades kurdosirias informaron de que han tenido que reducir los efectivos que vigilan a los 12.000 yihadistas y alrededor de 70.000 familiares de combatientes del grupo terrorista que afirman tener detenidos, para poder luchar contra los turcos.

Mientras, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos aseguró que varias familias de miembros del ISIS escaparon del campamento de Ain Issa, después de que se retiraran las fuerzas kurdas en medio de la "inestabilidad" por la actual ofensiva turca.