El Nobel de la Paz premió ayer los esfuerzos del primer ministro etíope, Abiy Ahmed, por su iniciativa "decisiva" para resolver el conflicto fronterizo entre su país y Eritrea. El Comité Nobel noruego destacó que, desde que asumió el puesto en abril de 2018, Ahmed reanudó las conversaciones con Eritrea, negoció un acuerdo de paz y aceptó las fronteras fijadas por una comisión internacional en 2002.

El galardón reconoce el papel del presidente eritreo, Isaias Afwerki, que "agarró" la mano extendida por Ahmed, y de todos los actores que trabajan "por la paz y la reconciliación" en Etiopía y en las regiones del este y noreste de África.

El jurado destaca el papel "clave" de Ahmed en otros procesos en la región, como la normalización de las relaciones diplomáticas entre Eritrea y Yibuti y la disputa entre Kenia y Somalia por los derechos sobre un área marítima.

El mandatario más joven de África ha insuflado aires nuevos en la política de su país, pero también de la región del Cuerno de África.