El presidente de EE UU, Donald Trump, ha decidido chocar frontalmente con el Congreso en las investigaciones previas a la apertura de un juicio político de destitución. Horas después de prohibir al embajador en la UE, Gordon Sondland, que compareciera ante las Cámaras, Trump confirmó que no cooperará en un proceso "ilegítimo" y "anticonstitucional". En consecuencia, no atenderá requerimientos del Legislativo para el envío de documentos o para que comparezcan ante él miembros de su administración.

A diferencia de otros muchos pronunciamientos de Trump, este no se ha hecho mediante tuits o declaraciones a periodistas, sino de modo oficial a través de una carta enviada por el abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

La carta ha sido vista por la oposición demócrata -mayoritaria en la cámara baja- como munición para ampliar el campo de batalla. Ya no se trata solo de las presiones a Ucrania para investigar las actividades en ese país del exvicepresidente Biden. Ahora interviene también una figura de posible obstrucción a la justicia y ha sido la propia Pelosi quien se lo ha hecho saber:

"Presidente, usted no está por encima de la ley. Tendrá que rendir cuentas", ha advertido Pelosi, quien añadió que la negativa a cooperar "es una tentativa ilegal de disimular los hechos descarados de la Administración Trump para presionar a gobiernos extranjeros y que interfieran en las elecciones de 2020".

Trump basa sus acusaciones de ilegitimidad e inconstitucionalidad del proceso en que las investigaciones previas a la apertura de juicio político se han hecho sin que mediase votación en los Representantes y sin que a él se le haya dado la posibilidad de "convocar testigos" e influir en las pesquisas. De ahí que Cipollone se haya abierto a cambiar de postura si los demócratas modifican su actitud.

Entre tanto, el número de estadounidenses que apoya un juicio político sigue creciendo. Una encuesta divulgada ayer por "The Wall Street Journal" cifra en un 55% los encuestados que respaldan que el Congreso investigue lo ocurrido entre Trump y el gobierno de Ucrania. Un 24% pide que se abra ya el juicio, y el 33% restante se limita a apoyar la investigación.

El último apoyo al "impeachment" llegó ayer del principal rival político de Trump, el exvicepresidente Joe Biden, quien durante varios meses se opuso al procedimiento y guardaba silencio desde que Pelosi anunció la iniciativa. Trump "ha traicionado a esta nación", acusó Biden.