La inminencia de un ataque turco contra el nordeste de Siria ha movido a los kurdos de ese país a buscar un alineamiento con el régimen de Damasco y con Rusia, su principal aliado. Los kurdos cambiarían de este modo radicalmente de alianzas, ya que hasta ahora han combatido conjuntamente con EE UU, que el domingo anunció que abandonará la zona para no interferir en la ofensiva de Ankara.

La principal petición que enfrenta a los kurdos con Damasco es que el régimen de Bachir al Assad acepte legalmente la autonomía de hecho de la que goza su territorio desde hace cinco años.

Entre tanto, el Ejército turco, que el lunes por la noche bombardeó posiciones kurdas, aseguró que todo está listo para lanzar el ataque contra las milicias kurdas del YPG, a las que considera terroristas, mientras los rebeldes sirios se movilizan en la frontera y en la provincia de Alepo, donde están estacionados, para respaldar a Ankara en la ofensiva.

El YPG está hermanado con los kurdos turcos del PKK, uno de los quebraderos de cabeza de Ankara.