El presidente de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Adam Schiff, ha defendido la necesidad de abrir un proceso de destitución contra el presidente estadounidense, Donald Trump, si finalmente se demuestra que presionó en una conversación telefónica al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, para que se investigaran las inversiones del hijo del precandidato presidencial demócrata Joe Biden en Ucrania.

"Si el presidente está reteniendo ayuda militar mientras intenta intimidar a un líder extranjero para que haga algo ilícito como sacar trapos sucios de su oponente durante una campaña presidencial, entonces puede que el único remedio sea igualar la maldad que esa conducta representa", ha afirmado Schiff en declaraciones a la CNN.

Hasta ahora Schiff no había defendido en ningún caso la necesidad de un proceso de destitución o 'impeachment' contra Trump, pero estas declaraciones apuntan a un cambio de criterio. Pese a las voces que han pedido el inicio del proceso en el Partido Demócrata, la portavoz demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, hasta ahora ha descartado la idea. En cualquier caso, para que el 'impeachment' salga adelante, además de los votos demócratas, sería necesario el apoyo de congresistas del Partido Republicano, que siguen teniendo mayoría en el Senado.

El pasado 25 de julio Trump habló con Zelenski y, según 'The Wall Street Journal', pidió al presidente ucraniano invesigar si Biden cuando era vicepresidente amenazó a Ucrania con retener ayuda estadounidense si no se destituía a un fiscal que investigaba a una empresa gasista con la que estaría relacionado el hijo de Biden, Hunter.

Trump habría pedido a Zelenski hablar con su abogado personal, Rudolph Giuliani, quien ha reconocido que presionó para que hubiera una investigación en Ucrania.

Biden ha reconocido que amenazó con retener la ayuda estadounidense si no se destituía al fiscal, pero también lo hizo la Administración norteamericana en su conjunto o la UE.

Sin embargo, Trump asegura que no hizo nada impropio y ha argumentado en Twitter este sábado que la conversación fue "perfectamente correcta y rutinaria". Además ha acusado a los medios y a su "socio", el Partido Demócrata, de difundir "fake news".