Unas 1.900 personas, según la Policía, se manifestaron ayer en Nantes, en el este de Francia, en una nueva protesta de los "chalecos amarillos" en la que se practicaron al menos 26 arrestos. La 44º jornada, la del regreso de los "chalecos", estuvo marcada por la detención preventiva de 18 personas en la prefectura de Loira-Atlántico y por los enfrentamientos entre manifestantes y Policía.

Pocos de los participantes llevaban ya el chaleco reflectante que se convirtió en símbolo de las protestas en la marcha desde el oeste de la ciudad hasta el centro, donde se produjeron los altercados: lanzamiento de objetos contra la Policía, que respondió con gas lacrimógeno.

Antes de la marcha fueron localizados 22 cócteles molotov y se incautaron un centenar de paraguas y un extintor de incendios.

Las protestas comenzaron en noviembre de 2018 para protestar contra la subida de los impuestos al diésel y en diciembre alcanzaron su punto álgido, pero han seguido incluso durante el verano.