El Tribunal de Apelación de Escocia infligió ayer un nuevo revés a Boris Johnson al declarar "ilegal" la decisión del primer ministro británico de suspender las sesiones del Parlamento durante cinco semanas. Los jueces escoceses dictaminan que Johnson obró así para limitar las opciones de control de las Cámaras al Ejecutivo en la gestión del tramo final del "Brexit" y juzgan que la decisión es nula y no tiene efectos jurídicos.

Los tres magistrados que componen la corte de apelación de mayor rango de Escocia revocan así un fallo anterior, emitido el 4 de septiembre y favorable a Johnson.

El Gobierno británico ya ha anunciado que apelará contra esta decisión y está previsto que el Tribunal Supremo, la máxima instancia judicial británica, celebre una vista de urgencia el próximo martes para dirimir tanto la causa presentada en Edimburgo como la que presentó en Londres la activista contra el "Brexit" Gina Miller.

Los magistrados del Tribunal de Apelación de Escocia, presididos por Lord Carloway, se pronunciaron así sobre la demanda presentada por un grupo de más de 70 diputados británicos, que pidió que se estableciera la legalidad de la clausurar la Cámara de los Comunes, que echó el cierre este martes y la previsión es que permanezca suspendida hasta el 14 de octubre.

Entre los firmantes de esta demanda, que lidera la diputada del Partido Nacionalista Escocés (SNP) Joanna Cherry, están también la líder de los Liberales Demócratas, Jo Swinson, varios parlamentarios laboristas e independientes y el activista Jo Maugham, de la asociación contraria al "Brexit" "The Good Law Project".

Un portavoz del 10 de Downing Street se declaró "decepcionado" con la decisión de la justicia escocesa y anunció que la recurrirá ante el Tribunal Supremo.

Entre tanto, fuentes del Partido Conservador rechazaron la oferta de pacto que pocas horas antes le había cursado a Johnson el líder del Partido del Brexit, el eurodiputado Nigel Farage, con vistas a unos comicios anticipados. "Juntos seríamos imparables", proclamó el ultranacionalista.

Farage propone a Johnson un pacto electoral por el cual su partido no presentaría candidatos en las circunscripciones donde los "tories" tienen aspirantes partidarios de un "Brexit" duro. A cambio, reclama a los conservadores que hagan lo propio donde nunca antes hayan ganado unos comicios y el Partido del Brexit se impuso en las elecciones europeas de mayo.

La fuente "tory" descartó el pacto porque Farage y el millonario Aaron Banks, que financia el Partido del Brexit, "no son gente apropiada" y "no debería dejarse jamás que se acercaran al Gobierno".