Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El callejón sin salida del divorcio británico

Boris, con un pie en la cuneta

La semana en la que el "premier" británico quedó en minoría, le vetaron el "Brexit" duro, perdió todas las votaciones y no logró su pretendido adelanto electoral

Boris Johnson, este viernes, durante una visita a Escocia. // Reuters

Cuando mañana, lunes, si mantiene hasta el final sus intenciones, el primer ministro británico, Boris Johnson, vea cómo la Cámara de los Comunes le niega por segunda vez su apoyo para adelantar las elecciones generales al 15 de octubre, habrá culminado con un pleno de cuatro derrotas consecutivas la semana más dura de su carrera política. Cuatro varapalos en las cuatro primeras votaciones a las que se habrá sometido Boris -como con inusitada sencillez le llama parte de la opinión pública británica- desde que el 24 de julio tomó el relevo de Theresa May. Cuatro golpes que habrán situado con un pie en la cuneta al hombre que, este jueves, afirmó preferir estar muerto en una de ellas antes que pedirle a la UE otra prórroga del "Brexit".

La semana se inició bajo el impacto de la polémica decisión del líder "tory", el miércoles anterior, de cerrar el Parlamento durante 35 días -desde el próximo martes hasta el 14 de octubre- para así dejar sin tiempo de maniobra a cuantos diputados rechazan que el Reino Unido abandone la UE sin acuerdo el 31 de octubre, lo que se conoce como "Brexit" duro. Y concluyó con un lacerante balance para Johnson: pérdida de la exigua mayoría parlamentaria que le sustentaba, aprobación de una ley que veta la posibilidad de un ruptura abrupta con la UE, y negativa de los Comunes a adelantar unos comicios en los que las encuestas le consideran favorito. Estas son las claves del calvario.

Irlanda. Johnson pretende que la UE renegocie la cláusula de salvaguarda ("backstop") incluida en el Acuerdo de Salida pactado por May con Bruselas. La salvaguarda ha sido la clave del reiterado rechazo del Parlamento al acuerdo y liquidó la carrera de May como primera ministra. Prevé el mantenimiento de Reino Unido en la Unión Aduanera hasta que se pacte una solución mejor para evitar la reintroducción de una frontera física entre Irlanda y el Ulster, considerada peligrosa para el proceso de paz. La UE se niega a renegociar y se queja de que Johnson no ha propuesto ninguna alternativa.

Johnson. Como todos los partidarios del "Brexit" duro, estima que la salvaguarda convertiría a Reino Unido en rehén de la UE por tiempo indefinido, además de fragmentar el mercado británico, ya que obligaría al Ulster a respetar las normas que el Mercado Único impone a los productos comunitarios. Consciente de que el "Brexit" duro es una temible bomba, confía en que la UE ceda en el último momento si se mantiene firme en su amenaza de salir el 31 de octubre con o sin acuerdo. De hecho, la UE insiste en que hasta el momento las negociaciones han sido estériles.

Corbyn. El líder laborista, Jeremy Corbyn, adoptó una posición ambigua durante meses para desgastar a May. En el fondo, es un eurófobo obligado a moderarse por las responsabilidades de su liderazgo. Al hacerse Johnson con la sucesión de May, y ante la evidencia de que estaba dispuesto a lanzar a Reino Unido por el despeñadero, Corbyn aprovechó las vacaciones parlamentarias de agosto para tejer alianzas con la oposición. No consiguió el respaldo a su sueño de encabezar una moción de censura pero logró aproximar posiciones para evitar el "Brexit" duro.

La chispa. El 28 de agosto Johnson lanzó un golpe audaz: suspender las sesiones del Parlamento durante cinco semanas, hasta el 14 de octubre, para dejar a la oposición sin tiempo de articular medidas contra el "Brexit" duro. La suspensión, conocida como "prórroga", es habitual y marca el final de la sesión parlamentaria anual. Suele durar de unos días a tres semanas, y finaliza con el discurso de Isabel II que abre la nueva sesión anual. Tanto la duración de la "prórroga" decretada por Johnson como el momento escogido le valieron críticas de "golpe al Parlamento". De hecho, hace un año no hubo suspensión, por la urgencia de debatir sobre el "Brexit".

La reacción. La osadía de Johnson se le volvió en contra. Al día siguiente de anunciarse la "prórroga", Corbyn pactó la unidad de acción con los demás líderes parlamentarios. El redoble de tambor marcó el inicio del via crucis de Boris Johnson, que ha constado de tres estaciones.

Martes. El miedo al abismo se ha extendido también en los conservadoras. Johnson no ha logrado convencer a los "tories" críticos de que su negociación con Bruselas va bien. La UE, de hecho, desmiente que haya progresos. A primera hora de la tarde, en pleno discurso de Johnson en los Comunes, el conservador Phillip Lee se levanta de su escaño y se sienta con los liberales demócratas. Johnson acaba de perder la mayoría absoluta de un solo voto que tenía gracias al apoyo de los diez diputados norirlandeses del DUP. Poco después, encaja su primera derrota: la oposición arrebata al Gobierno el control del orden del día parlamentario, con el concurso de 21 "tories" rebeldes. Figuran entre ellos un nieto de Churchill y nueve exministros. Johnson expulsa a los rebeldes y ahonda su minoría.

Miércoles. Segunda derrota: la oposición y los rebeldes aprueban en una sesión maratoniana el veto al "Brexit" duro. La ley obliga a Johnson a alcanzar un acuerdo con la UE antes del 19 de octubre o pedir una prórroga hasta el 31 de enero de 2020. Tercera derrota: rechazado el adelanto de elecciones al 15 de octubre, tras un debate en el que un Johnson desmelenado llama "gallina" y "amigo de Caracas" a Corbyn y le dice que sus propuestas económicas son "una mierda". May ríe desde su escaño.

¿Elecciones para qué? Johnson quiere comicios el 15 de octubre en un intento de recobrar la mayoría en los Comunes y anular la ley contra el "Brexit" duro antes del día 19.

Jueves. Dimite el hermano ministro de Johnson, convencido de que "el interés del país" debe pasar por encima de "la lealtad familiar". El "premier", aficionado a las grandes frases desde su infancia, proclama que prefiere "estar muerto en una cuneta" a pedir una prórroga. Los laboristas negocian con el resto de la oposición retrasar los comicios hasta que el Reino Unido haya entrado en una nueva prórroga. O sea, hasta el mes de noviembre.

Viernes. Se cierra el acuerdo de la oposición para retrasar las elecciones a noviembre. La Cámara de los Lores aprueba la ley que veta el "Brexit" duro sin introducir enmiendas, lo que evita que el texto tenga que volver a la cámara baja. La norma entrará en vigor mañana, lunes, cuando la firme Isabel II. Johnson replica con unas declaraciones contundentes: "Iré a Bruselas, conseguiré un acuerdo y saldremos de la UE el 31 de octubre".

Incógnitas. Todo hace prever que Johnson saldrá del Consejo Europeo de los días 17 y 18 de octubre sin ningún tipo de acuerdo, por lo que se verá abocado a pedir la prórroga. Sin embargo, dada su feroz insistencia en que no lo hará, se especula con que podría dimitir o ser derribado para que su sucesor sea quien lo haga. Corbyn es el candidato que más levanta la mano pero aterra a los "tories" rebeldes y a no pocos opositores. Otra posibilidad es que, lisa y llanamente, se niegue a cumplir la ley. Por si acaso, el bloque opositor ya prepara acciones jurídicas y la UE se refuerza para hacer frente a un "Brexit" duro.

Compartir el artículo

stats