El primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, tampoco logrará adelantar al 15 de octubre las elecciones generales en su segundo intento, que pretende abordar el próximo lunes, último día de la actual sesión legislativa. Los partidos de la oposición, que ahora mismo tienen la mayoría y están respetando escrupulosamente la unidad de acción contra Johnson pactada la semana pasada, acordaron ayer bloquear de nuevo, como ya hicieron el miércoles, una iniciativa que requiere el respaldo de dos tercios de los Comunes.

La intención de laboristas, liberales demócratas y nacionalistas escoceses y galeses -reforzados por la rebelión de 22 conservadores expulsados de su grupo- es retrasar los comicios a noviembre, cuando el Reino Unido haya entrado en una nueva prórroga del "Brexit". "Estamos de acuerdo en que el primer ministro ha emprendido una huida. Boris está roto. Tenemos la oportunidad de derribar a Boris", sostuvo la líder parlamentaria del nacionalista galés Plaid Cymru, Liz Saville.

La del lunes será, de consumarse, la cuarta derrota consecutiva de Johnson en el Parlamento. Con el agravante de que, desde que fue nombrado "premier" a fines de julio, solo habrá participado en esas cuatro votaciones. La pérdida del control de la agenda de los Comunes, el martes; el rechazo al adelanto el electoral y la ley para vetar un "Brexit" duro, el miércoles, han sido los revolcones que ya le ha endosado el Parlamento.

La ley contra el "Brexit" duro fue aprobada ayer también por la Cámara de los Lores, que no introdujo ninguna enmienda, por lo que el texto está listo para ser firmado, con toda probabilidad el lunes, por Isabel II. La norma obliga a Johnson a pedir una prórroga del "Brexit" hasta el 31 de enero de 2020 si antes del 19 de octubre no consigue un nuevo acuerdo de salida con Bruselas, que se niega en redondo a renegociar el alcanzado en noviembre pasado con la entonces "premier", Theresa May.

Johnson reaccionó al acuerdo de la oposición reafirmándose en que no quiere más retrasos, después de haber proclamado el jueves que preferiría "estar muerto en una cuneta" a pedir una prórroga. El líder "tory" fue terminante al comprometerse a "ir a Bruselas, conseguir un acuerdo y salir el 31 de octubre". La gran incógnita es saber qué hará si, como se espera, regresa de Bruselas sin ningún acuerdo que someter al Parlamento el día 19.