La tensión entre los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y Brasil, Jair Bolsonaro, a raíz de los incendios que devastan la Amazonia, se trasladó ayer al terreno económico, con la amenaza de París de vetar el acuerdo de libre comercio entre la UE y Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), recientemente cerrado. Irlanda y Alemania anunciaron su respaldo a la posición francesa mientras las Naciones Unidas expresaron su preocupación por la actual ola de incendios.

París considera al respecto que Bolsonaro tiene una actitud de dejadez frente al avance del fuego en la Amazonia, fenómeno un 83% más grave que el año pasado. Diversas asociaciones acusaron a Bolsonaro de mostrarse pasivo ante el avance de las llamas para beneficiar a grandes grupos agropecuarios, deseosos de usar los terrenos de selva virgen recién quemados para cultivos.

Mentira

En consecuencia, Macron sostiene que Bolsonaro "mintió" en la cumbre de Osaka del G20 al sumarse a los compromisos medioambientales adoptados, por lo que ha propuesto que la catástrofe amazónica sea debatida en la cumbre que el G7 celebrará este fin de semana en Biarritz.

El líder francés denunció en las redes sociales el avance sin control de las llamas en la región del Amazonas, donde se genera un 20% del oxígeno de la Tierra.

El presidente acompañó su mensaje de una foto de la selva en llamas que no corresponde a los incendios actuales sino que data de principios de siglo.

La contestación de Bolsonaro fue culpar a Macron de tratar el asunto con "sensacionalismo" y denunciar que su intención de llevar la crisis al G7 "evoca una mentalidad colonial que ya no tiene lugar en el siglo XXI".

Datos oficiales

Más allá de la retórica, los datos oficiales reconocen que la Amazonia enfrenta los peores incendios en la última década, frente a lo cual Bolsonaro busca culpables sin que su Gobierno sepa precisar el verdadero origen de las llamas en la zona.

En un principio Bolsonaro hizo responsables a las ONG y las acusó de estar dirigidas por potencias mundiales que pretenderían apoderarse de la riqueza amazónica. Después admitió que, como sostienen las ONG, hacendados que buscan ampliar las fronteras agropecuarias también pudieran haber desatado los incendios.

Sin embargo, los grupos ecologistas afirman que el origen de las llamas está en las políticas de Bolsonaro, quien recortó los presupuestos para la protección de la Amazonia y promovió la explotación comercial del área, que ha llevado a los incendios provocados.

En sus acusaciones a Bolsonaro, Macron calificó los incendios de "crisis internacional", aunque Brasil sostiene que los fuegos en la región amazónica ocurren "todos los años". Sin embargo, este año Bolsonaro declaró no tener suficientes recursos para apagar todos los fuegos, que son ya 9.500.

Para luchar contra la "histeria ambientalista", Bolsonaro sopesa que el Ejército colabore en las labores de extinción. Según datos oficiales brasileños, en lo que va de año se han registrado 72.843 incendios, un 83% más que en el mismo periodo de 2018.