El primer ministro británico, Boris Johnson, aseguró ayer que Reino Unido "en ninguna circunstancia" volverá a introducir controles fronterizos con Irlanda una vez que se produzca el "Brexit", pero dejó claro que quiere un acuerdo de salida. El británico se reunió ayer con el presidente francés, Emmanuel Macron, en París, y dijo que se siente muy "animado" tras el encuentro mantenido la víspera con la canciller alemana, Angela Merkel.

En lo que se refiere al que actualmente es el mayor escollo en la negociación con Bruselas, la cláusula de salvaguarda para la frontera intrairlandesa ("backstop"), Johnson recalcó que no impondrá controles físicos en la frontera ya que no lo ve necesario. En su lugar, ofreció alternativas o "soluciones técnicas", como los controles "electrónicos" de las mercancías. Además, mencionó que algunos parlamentarios han hecho propuestas para que se puedan hacer verificaciones sin una frontera física. Johnson volvió a dejar claro que Reino Unido saldrá el 31 de octubre con o sin acuerdo, porque así lo decidieron los británicos en referéndum.

Por su parte, Macron se mantuvo firme en la postura defendida por Bruselas y por el resto de estados miembros y sentenció que no se renegociará el acuerdo. No obstante, se mostró dispuesto a trabajar para evitar una salida sin acuerdo: "Nadie va a esperar hasta el 31 de octubre sin tratar de encontrar una buena solución", dijo Macron, quien recordó que el futuro de Reino Unido está en Europa porque "la geografía es testaruda".

Por su parte, la UE, que rechaza eliminar la salvaguarda, espera que la reunión entre el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el "premier" británico en la cumbre del G7 sirva para obtener más detalles sobre los planes de Londres para un "Brexit" con acuerdo, según explicó ayer en Bruselas un alto funcionario comunitario.

Los Veintisiete quieren que Londres presente "nuevos hechos y nuevas ideas factibles", agregó la fuente, algo que no ha ocurrido desde que el lunes Johnson transmitió a Bruselas por carta su intención de sustituir la salvaguarda por acuerdos alternativos que no precisó.

La UE aprecia que Reino Unido quiera que la salida sea ordenada, pero se aferra a que los Veintisiete ya pactaron con Londres en su día la salvaguarda como solución para Irlanda, por lo que el objetivo ahora es escuchar los planteamientos de Johnson y, añadió la fuente, escucharlos cuanto antes. Bruselas es consciente de que, a medida que se aproxima el 31 de octubre, "la posibilidad de una falta de acuerdo ha de ser considerada mucho más seriamente que antes", lo que exige prepararse para un "Brexit" duro.