La tensión que vive Reino Unido en vísperas del "Brexit" aumentó ayer al explotar una bomba en Fermanagh, Irlanda del Norte, sin causar víctimas. Se cree que el objetivo del artefacto eran policías.

Evitar el reestablecimiento de la frontera intrairlandesa ha sido el punto clave de la larga y tensa negociación entre Londres y Bruselas para conseguir un "Brexit" suave. La famosa "salvaguarda" se convirtió en la pesadilla de Theresa May, y ahora es responsabilidad del nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, quien ayer instó a los líderes de Francia y Alemania a "ceder" en sus actuales posiciones sobre el "Brexit".

Esto significaría abrir la puerta a renegociar el Acuerdo de Salida, varias veces rechazado por el Parlamento británico, y que Bruselas se niega a reabrir. Johnson ha anunciado que está dispuesto a cumplir el plazo del "Brexit", el 31 de octubre, con o sin acuerdo y cueste lo que cueste. Un "Brexit" sin acuerdo implicaría el restablecimiento inmediato de la frontera intrairlandesa, lo que se considera una grave amenaza a la paz en la región.

Johnson se reunirá esta semana por separado con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, para intentar ablandarles en su resistencia a negociar los términos de la salida. La UE solo está dispuesta a reabrir la declaración sobre las relaciones futuras.

Entre tanto, el Partido Laborista ha reclamado que se suspenda el receso estival en los Comunes para discutir la crisis abierta por el "Brexit". El líder de la principal formación opositora, Jeremy Corbyn, quiere entablar contactos en los próximos días para una posible moción de censura que conduzca a a un adelanto electoral.