La oposición rusa optó ayer por los piquetes en solitario para mantener la presión sobre las autoridades y reiterar su exigencia de elecciones, además de la libertad de los detenidos en anteriores movilizaciones. La jornada transcurrió sin mayores incidentes. La dispersión de la protesta es la respuesta a la decisión de las autoridades de prohibir una manifestación única. En el transcurso de la semana, varias formaciones políticas solicitaron permiso a la Alcaldía de Moscú para realizar desde marchas hasta manifestaciones, otorgándose el permiso solo al Partido Comunista de Rusia, que concentró, según su propia estimación, a unas 4.000 personas en la avenida Sájarov.