La decisión del ministro de Interior, Matteo Salvini, de bloquear el desembarco de los 134 migrantes que lleva a bordo el buque español "Open Arms" impide su reparto entre los seis países de la Unión Europea que se han comprometido a darles acogida. El buque, fondeado frente a Lampedusa después de que un juez autorizara su entrada en aguas italianas pese a la orden de Salvini, se encuentra "en situación insostenible" y la ONG pide la evacuación "con la máxima urgencia por emergencia humanitaria". La salud física y psicológica de los 134 inmigrantes que se encuentran a bordo del barco empeora con amenazas de suicidio y conatos de violencia, en una situación límite.

La resistencia de Salvini, quien encuentra en este caso una magnífica bandera electoral ante los comicios que podrían celebrarse en Italia el otoño próximo, impide que se materialice el acuerdo de España y otros cinco países comunitarios para repartirse a los ocupantes del barco, rescatados de las aguas del Mediterráneo en las operaciones que el "Open Arms" viene desarrollando desde el 1 de agosto. La Comisión Europea asegura que no puede iniciar las labores de distribución de los migrantes entre los países dispuestos a acogerles sin que antes tengan asignado un puerto para su desembarco. "Sólo podemos proceder con la coordinación formal sobre el terreno y el apoyo a los Estados miembros en cuanto a la distribución cuando los migrantes hayan efectivamente desembarcado", explicaba ayer la portavoz de Migración del Ejecutivo comunitario, Tove Ernst.

Mientras, la situación a bordo se vuelve extrema, "las condiciones psicofísicas de los adultos y menores son críticas y su seguridad es muy preocupante", según la ONG. Así lo refleja un informe médico realizado por la organizacióne Emergency, después de que un psicólogo italiano accediera al "Open Arms" . El informe insiste en la necesidad de evacuación "para evitar el empeoramiento de su ya precario estado psicológico" y especifica que a bordo hay 28 menores, de entre 16 y 17 años, procedentes de Eritrea, Sudán, Nigeria, Chad, Egipto, Gambia y Mali. De forma especial ellos, pero también el resto de los migrantes se encuentra en "condiciones de extrema vulnerabilidad, tanto física como psicológica, agravadas por la incertidumbre y el estrés que están viviendo, lo que les expone a sufrir riesgos psicopatológicos".

Pese a que los ecos de la dramática situación del barco desatan las peticiones de desbloqueo -entre ellas la del presidente del Parlamento Europeo, el italiano David Maria Sassoli- Salvini se mantiene se mantiene imperturbable. "Nos encontramos frente a la enésima tomadura de pelo de la ONG española Open Arms, que durante días ha vagado en el Mediterráneo con el objetivo de rescatar al mayor número de personas posible para llevarlas solo a Italia", afirmaba ayer. El Gobierno español reprochaba al ministro italiano su "lamentable" actitud. Desde el Ejecutivo de Sánchez se intenta ahora contrarrestar las críticas recibidas por no facilitar una salida a este cris humanitaria. "Nadie puede dar lecciones de solidaridad ni generosidad. No vamos a aceptar a Gobiernos extranjeros, ni al PP que hagan ningún tipo de crítica demagógica con algo tan importante como son las vidas humanas", replicaba ayer la ministra de Defensa, Margarita Robles.

La Fiscalía italiana abrió a instancia de los abogados de la ONG española una investigación para determinar si se está produciendo un delito de secuestro de personas al impedir la evacuación.

Una situación similar ase está gestando en torno a otro barco de rescate, el "Ocean Viking", que busca un puerto donde desembarcar.