Israel negó la entrada al país a dos congresistas demócratas, Ilhan Omar y Rashida Talib, después de que el presidente de EE UU, Donald Trump, presionara al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu para que las vetara la entrada. El ministerio de Interior se respaldó en la Ley Israelí de Entrada, que, aprobada en 2017, permite negar el ingreso a cualquier ciudadano extranjero que llame públicamente a boicotear al país.

Poco después de que Tlaib y Omar anunciaran en julio su intención de visitar Israel y los territorios palestinos, el embajador israelí en Washington aseguró que no se negaría el ingreso a Israel a ningún miembro del Congreso, pese a su apoyo al boicot. Omar, nacida en Somalia, y Tlaib, hija de palestinos, han cuestionado duramente a Israel e instado a boicotear al Estado judío.

El Gobierno israelí, que debatió durante largas horas si dejaba entrar o no en el país a las congresistas demócratas, optó finalmente por vetarlas cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, le instó a ello en su cuenta de Twitter.

El tuit directo de Trump "marcó la diferencia", dijo a "Efe" el analista israelí Shmuel Slander, que asegura, la decisión final de prohibir el ingreso de las dos congresistas demócratas es una muestra de los vínculos que hay con el presidente estadounidense, "que lucha por Israel", y a quien el país "puede necesitar en el futuro".

"Israel mostraría una gran debilidad si permitiera la entrada" de Omar y Tlaib, advirtió Trump, un comentario que para Slander no fue presión, pero sí una petición a la que el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu "no podía decir 'no'".

"No hubo presión, sino respeto", remarca en conversación con Efe Zalman Shoval, exembajador israelí en EE UU y exviceministro de Asuntos Exteriores. La tormenta de reacciones en EE UU contra el veto no se hizo esperar.