El Senado italiano, con los votos del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y del Partido Demócrata, tumbó ayer la propuesta del líder de la Liga y ministro del Interior, Matteo Salvini de debatir el martes próximo la moción de censura contra el primer ministro Giuseppe Conte, con el objetivo de destruir la coalición de gobierno lo antes posible para así adelantar elecciones.

La Cámara alta optó en cambio por fijar una comparecencia de Conte en el Senado, como él había pedido, para explicar la crisis de gobierno, que se ha fijado para la semana que viene.

Salvini instó al M5S a que mantenga sus reticencias a romper el actual Gobierno y avanzar hacia nuevas elecciones pese a que ya le ha dado "lo que pide", en alusión a la aprobación de una reforma para reducir el número de parlamentarios de 945 a 600. "No estamos en un mercado de pescado", advirtió el ministro.

No obstante, el partido de Di Maio cuestiona ahora la compatibilidad entre esta ley y la inminencia de unas nuevas elecciones, en la medida en que implicaría retrasar a la próxima legislatura la aplicación de una reforma constitucional. Sin embargo, el líder de la Liga afirma que no sería ningún problema para el presidente, Sergio Mattarella, y dice que "ya se ha hecho en el pasado, en temas relevantes".

Por otra parte, tras varios días de tensión, los políticos italianos vivieron ayer una tregua para recordar a las 43 víctimas del puente Morandi, en Génova, que fallecieron cuando hace un año se vino abajo un tramo de la estructura.

Las autoridades italianas acudieron a la ceremonia, encabezada por el jefe del Estado, Sergio Mattarella, recibido entre aplausos y que abrazó a los familiares de las personas que perdieron la vida en el derrumbe.

Y también acudió el Gobierno, aunque la división entre las formaciones que lo integran saltó a la vista: los dos vicepresidentes, Salvini y Luigi Di Maio, líder del Cinco Estrellas, no permanecieron juntos durante el acto, y después el segundo y Conte saludaron por su cuenta a los asistentes.