El Gobierno chino solicitó ayer el restablecimiento del orden en Hong Kong y renovó su apoyo a la jefa del Ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, y a la actuación policial en las protestas en favor de reformas democráticas que comenzaron hace ocho semanas.

"La tarea más urgente es acabar con esas manifestaciones violentas", aseguró la portavoz de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao del Consejo de Estado (el Ejecutivo chino) Xu Luying.

Cuando se le preguntó por la actuación policial, el portavoz de la Oficina Yang Guang, negó que la Policía hubiera intervenido de manera excesiva contra los manifestantes y de forma insuficiente en situaciones como la del ataque del metro de Yuen Long, donde el día 21 resultaron heridos 45 manifestantes tras un ataque de supuestos miembros de mafias chinas.

Ante la pregunta de si China enviará tropas a Hong Kong para ayudar a la Policía contra los manifestantes, Yang se refirió a una ley que contempla la posibilidad de que el Gobierno de la región autónoma pida ayuda a los militares chinos "para mantener el orden público y ayudar frente a desastres".

El representante también atacó a los líderes extranjeros que han mostrado apoyo a las protestas y "cuyo objetivo es avivar las turbulencias en Hong Kong y convertirla en un problema en China".