La crisis diplomática entre el Reino Unido e Irán se agravó ayer tras la captura, la víspera en el estrecho de Ormuz, de un petrolero británico, el "Stena Impero", por fuerzas navales iraníes, que exhibieron un vídeo del abordaje del carguero y aseguraron que un barco de guerra británico había intentado impedir la operación con "resistencia". El titular británico de Exteriores, Jeremy Hunt, que compite con su predecesor en el cargo, Boris Johnson, por el liderazgo del Partido Conservador y el puesto de primer ministro, advirtió a la República Islámica que ha tomado "un peligroso camino" con la retención del petrolero.

Las autoridades de Teherán abrieron una investigación para determinar si el "Stena Impero" incumplió las normas de navegación (según su versión, chocó con un pesquero y apagó su localizador GPS), con todo y que reconocen que el apresamiento del barco es un acto de represalia por la captura, hace dos semanas en Gibraltar, de un buque iraní que transportaba crudo con destino a una refinería de Siria, país sujeto a sanciones de la UE. El Peñón decidió precisamente el viernes prorrogar el periodo de detención otros 30 días.

La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, urgió a Irán a liberar el "Stena Impero", y el presidente de EE UU, Donald Trump, agregó que la acción de Teherán prueba que él "tenía razón" en sus críticas al régimen de los ayatolás. No obstante, confirmó que ha accedido a que un senador republicano, Rand Paul, intente una negociación entre Washington y Teherán.

Tras la retención del "Stena Impero", con 23 tripulantes a bordo, el Reino Unido ha pedido a los barcos con bandera británica que no naveguen por Ormuz durante un "periodo provisional", para así rebajar las tensiones en la zona.

Hunt informó de que había hablado con su colega iraní, Mohammad Javad Zarif, a quien expresó su "gran decepción" por el apresamiento y hacerle saber que los barcos que naveguen con bandera británica serán protegidos.

El titular del Foreign Office añadió que la captura del petrolero plantea "graves interrogantes" sobre la seguridad de la navegación internacional en Ormuz y que el barco fue retenido en aguas de Omán, en "clara violación del derecho internacional". Y reprendió a Teherán por su comportamiento "ilegal y desestabilizador".

El Ministerio británico de Exteriores convocó ayer al encargado de negocios de Irán en Londres, Mohsen Omidzamani, como parte de los esfuerzos diplomáticos del Reino Unido para defender sus intereses. El Gobierno de Londres celebró una reunión del llamado comité de emergencia Cobra, formado por diversos ministros, para abordar la situación en Ormuz.

Otro petrolero, el "Mesdar", de bandera liberiana, fue abordado también el viernes por guardias armados iraníes, pero consiguió después ponerse en contacto con su operador y continuó con su viaje por el estrecho de Ormuz.