El secretario de Trabajo de Estados Unidos, Alex Acosta, anunció ayer su dimisión por su actuación en el caso del multimillonario Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual de menores, cuando era fiscal federal del distrito sur de Florida.

El único latino en el gabinete de Donald Trump declaró que "lo correcto era hacerse a un lado" y así se lo comentó al presidente. La dirección del Departamento de Trabajo supuso para Acosta, de 50 años, el gran hito en una exitosa carrera académica y profesional, y a la vez era una muestra del destacado peso de la comunidad hispana de Florida.

Por su parte, Trump destacó que Acosta resultó "un gran secretario" y alabó su "muy buen trabajo" al frente del Departamento, a lo que añadió "fue su decisión, no la mía". La renuncia se produce dos días después de que Acosta defendiese en una rueda de prensa su actuación como fiscal hace ahora una década.

Epstein, acusado ahora por segunda vez de abuso de menores y detenido a comienzos de mes, alcanzó en 2008 un acuerdo extraoficial con la Fiscalía, dirigida entonces por Acosta, para cerrar una investigación que lo podía haber enfrentado a la cadena perpetua.

A pesar de que la oposición demócrata reclamaba con insistencia la dimisión del secretario de Empleo, Acosta se aferraba al puesto con el respaldo de Trump, que hasta ahora se refería a él como una víctima de los ataques de la izquierda y la prensa. En una comparecencia no anunciada en la Casa Blanca, Acosta comunicaba su renuncia, que se hará efectiva en un plazo de siete días.