Donald Trump no está satisfecho con alterar el equilibrio geopolítico del globo; además, pretende conquistar Marte. "Vamos a ir otra vez a la Luna pronto, y plantaremos la bandera de Estados Unidos en Marte pronto". Hablaba el Presidente, en su discurso del 4 de Julio, mientras en el cielo sobrevolaban los cazas F-18 y F-22 realizando acrobacias esenciales para mostrar al mundo el poderío de su país. Porque "el cielo pertenece a Estados Unidos", se jactaba el magnate. No es la primera vez que Trump asegura que la NASA volverá al espacio. De hecho, la agencia promete regresar a la Luna en los próximos cinco años, y pronostica que la primera mujer y el próximo hombre que vuelvan a pisar el satélite serán norteamericanos.

En efecto, por petición de Trump, este año la NASA cuenta con presupuesto para exploración espacial. ¿La meta? Enviar humanos a Marte en la década de 2030. Pronto.

Con motivo de la tradicional celebración del Día de la Independencia, Trump quiso presumir de potencia militar, como hacen los franceses el 14 de Julio, y organizó un gran despliegue. De película. Pero su "producción escénica" le trajo una lluvia de críticas de los demócratas, que le recordaron que hay cosas mejores en las que gastarse el dinero de los contribuyentes. Quizá por ello no se hará público cuánto ha costado.

Entre los asistentes había de todo: gente con las características gorras rojas que rezan "Hacer Estados Unidos Grande Otra Vez" ("Make America Great Again"). Y otros que lucían camisetas con la leyenda "He is not my president" ("Él no es mi presidente").

No obstante, lo que más gustó entre los detractores del mandatario fue la presencia del "bebé Trump", un globo hinchable de peligroso parecido al presidente y que se hizo famoso en las protestas del año pasado en Londres. Eso, y los errores históricos de bulto que el magnate cometió y de los que culpa al teleprónter.