Irán exhibió ayer gestos de despreocupación ante las sanciones financieras decretadas el lunes por EE UU contra su líder supremo, Alí Jamenei, y ocho comandantes. Para el presidente iraní, Hasán Rohani, las sanciones son un signo del "retraso mental" de la Casa Blanca, insulto al que Teherán ya ha recurrido con anterioridad. Rohani lo profirió en un discurso transmitido en directo por la televisión estatal.

El presidente iraní, segunda autoridad del país, auguró que las sanciones contra Jamenei fracasarán porque el líder supremo no tiene bienes fuera del país, al tiempo que consideró que estas medidas demuestran la "desesperación" de EE UU. Ambos países están inmersos desde hace un año en una espiral de tensión que alcanzó máximos cuando, el pasado jueves, Irán derribó un dron espía de Washington y Trump ordenó un ataque con misiles suspendido en el último momento.

Mayor contundencia mostró un portavoz del ministerio de Exteriores iraní, quien anunció que las sanciones representan "el cierre permanente del camino de la diplomacia". Irán lleva semanas cerrado a cualquier negociación a propósito de sus planes nucleares con EE UU que, hace un año, denunció el tratado internacional de 2015 sobre ese programa y restauró las sanciones a Teherán. El régimen de los ayatolás respondió semanas atrás anunciando que sobrepasará los límites de enriquecimiento de uranio pactados hace cuatro años.

La respuesta de Washington no tardó en llegar. El presidente Trump amenazó con responder con "una fuerza grande y abrumadora" a cualquier ataque de Irán contra objetivos estadounidenses. "La muy ignorante e insultante declaración de Irán solo muestra que no entienden la realidad", dijo el inquilino de la Casa Blanca en una serie de tuits.

La UE, tres de cuyos miembros -Francia, Alemania y Reino Unido- son signatarios del acuerdo de 2015, aseguró por su parte que hace "todo lo posible" para mantener "intacto" el acuerdo nuclear, afirmó ayer la jefa de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini.