El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, perdió ayer el control de Estambul, la megalópolis donde inició su carrera política como alcalde hace 25 años. La oposición socialdemócrata venció con claridad las elecciones locales. Ya lo había hecho el 31 de marzo, pero entonces el margen fue tan estrecho (14.000 votos) que el partido del presidente, el islamista Justicia y Desarrollo (AKP), logró forzar con denuncias de fraude la repetición de los comicios. Ayer, la distancia obtenida por el candidato del Partido Republicano del Pueblo (CHP), Ekrem Imamoglu, fue de casi 800.000 papeletas.

Imamoglu, erigido por los habitantes de Estambul en emblema de la oposición al régimen cada vez más autocrático de Erdogan, se impuso a su rival, el ex primer ministro Binali Yildirim, con un 54% de los sufragios. "Como ya dije por la mañana, las elecciones son sinónimo de democracia. Estas elecciones han demostrado que la democracia funciona perfectamente en Turquía", sentenció el vencedor.

Yildirim, candidato del AKP de Erdogan y su mano derecha, obtuvo solo el 45,1%, reconoció su derrota de inmediato y felicitó a su rival. Felicitación a la que se unió después el presidente, no obstante haber tachado a Imamoglu, durante la campaña, de trabajar para potencias extranjeras.

"Deseo que los resultados de las elecciones municipales repetidas traigan felicidad a nuestra Estambul. La voluntad popular se ha manifestado una vez más. Felicito a Ekrem Imamoglu, ganador según los resultados no oficiales", tuiteó Erdogan.

Imamoglu, de 49 años y alcalde de un distrito de la periferia de Estambul, era un perfecto desconocido en el resto de la ciudad. Pero la repetición de los comicios a causa de las presiones de Erdogan y el AKP le ha convertido en una estrella y en el líder virtual de la oposición; un político al que muchos ven ya compitiendo por la presidencia del país.

La pérdida de Estambul tras 25 años de dominio absoluto del islamismo no significa solo una derrota simbólica para Erdogan, sino que también reduce el margen de maniobra del AKP. La ciudad, de 15 millones de habitantes, no solo alberga casi el 20% de la población de Turquía; también concentra el 30% del producto interior bruto del país.

El manejo de recursos económicos y proyectos urbanísticos de Estambul ha facilitado una buena relación del AKP con numerosos conglomerados empresariales, cree la oposición. Imamoglu denunció durante la campaña lo que califica como "despilfarro", al que promete poner fin. Pero en su primer discurso tras la victoria, después de recibir la felicitación de Yildirim, fue conciliador y prometió colaborar con Erdogan por el bien del pueblo. "Tenemos que abrir una nueva página en Estambul todos juntos, con justicia, tolerancia e igualdad. Quiero olvidar los ataques sistemáticos y el lenguaje agresivo que se utilizó contra mí y mi familia", afirmó.