Donald Trump eligió ayer un papel inédito, el del moderado entre halcones, al revelar que el jueves anuló un ataque contra Irán que había autorizado porque lo consideró "desproporcionado". Una represalia -por el derribo, horas antes, de un dron estadounidense- de la que eran firmes partidarios el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el consejero de seguridad nacional, John Bolton, pero a la que varios importantes generales se oponían por las repercusiones que podría tener en la región.

"Teníamos todo listo para tomar represalias anoche (por la del jueves) en tres lugares diferentes (de Irán y) cuando pregunté, ¿cuántos morirán? 150 personas, señor, fue la respuesta de un general. Diez minutos antes del ataque, lo detuve", explicó Trump en su cuenta de Twitter.

"No habría sido proporcionado al derribo de un avión no tripulado. No tengo prisa, nuestras fuerzas militares están restauradas y listas para la acción, son de lejos las mejores fuerzas militares del mundo", presumió.

Después, en una entrevista con NBC News, de la que se adelantó un primer extracto, Trump dio más detalles: él aún no había dado su aprobación final al ataque y los aviones no estaban en el aire cuando tomó la decisión de frenarlo. "(Los generales) entraron una media hora antes (del ataque) y me dijeron que estaban preparados", explicó el presidente de EE UU. Lo que no explicó es por qué el generalato no le dio desde el principio la estimación de víctimas.

Entre los objetivos seleccionados para el ataque había radares y baterías de misiles. Trump ya autorizó dos acciones similares en 2017 y 2018 contra objetivos militares del Gobierno de Bachar al Asad en Siria.

Aunque el mandatario no lo confirmó, el motivo de la anulación del ataque pudo ser el nuevo paquete de sanciones contra Teherán aprobado el mismo jueves. Trump tuiteó ayer que ese castigo es un "mordisco" para Irán, y en la reunión con Bolton y Pompeo para sopesar pros y contras del ataque, el secretario de Estado le transmitió la idea de que las sanciones empiezan a tener efecto sobre la República Islámica, que también dio muestras ayer de "generosidad" y "moderación"

La Fuerza Aeroespacial de los Guardianes de la Revolución aseguró que podría haber derribado un avión militar P8 estadounidense con 35 personas a bordo que violaba el espacio aéreo iraní junto al dron abatido. "Podríamos haber apuntado a ese avión también, pero nos abstuvimos de hacerlo porque nuestra intención era solo enviar un mensaje a las fuerzas terroristas estadounidenses en la región", dijo el comandante de esta Fuerza, Amir Ali Hayizadeh.