Theresa May firmó ayer su carta de dimisión como líder del Partido Conservador británico, que conlleva su renuncia como primera ministra, aunque seguirá en funciones hasta la elección de su sucesor, prevista para la semana del 22 de julio. La renuncia llegó en silencio y sin focos, ya que May no hizo ningún discurso ni tuvo ninguna comparecencia.

La dimisionaria ya adelantó el pasado 24 de mayo su intención de renunciar ayer al cargo, tras casi tres años en el número 10 de Downing Street, por su fracaso en consumar la salida del Reino Unido de la UE ("Brexit").

May remitió su carta de renuncia a los presidentes en funciones del llamado Comité 1922, que agrupa a los diputados conservadores sin cargos. El Comité hizo un llamamiento a los parlamentarios que quieran presentar su candidatura a la sucesión. El plazo para hacerlo se cierra el lunes.

Hasta ahora se han presentado once candidatos. De ellos, Boris Johnson, exalcalde de Londres y exministro de Exteriores, es el preferido de las encuestas. Precisamente, Johnson recibió ayer una buena noticia, ya que el Tribunal Superior de Londres desestimó procesarlo por sus supuestas mentiras a los ciudadanos durante la campaña del "Brexit".

Los jueces del Alto Tribunal londinense señalaron ayerque las razones de la anulación se facilitarán otro día.

Por su parte, el equipo jurídico de Johnson considera que la solicitud para que el político se personara ante un tribunal estaba motivada por "razones políticas" y que fue presentada por una compañía limitada -"Brexit Justice Limited"- que es "producto de una campaña para socavar el resultado del referendo del 'brexit' y/o para evitar sus consecuencias".

Desde las filas de la oposición, el líder laborista, Jeremy Corbyn, insistió en la necesidad de que el sucesor de May convoque elecciones anticipadas. Corbyn criticó que se esté intentado que Reino Unido salga del bloqueo político en el que lo ha sumido el proceso del "Brexit" mediante unas primarias conservadoras en lugar de hacerlo a través de una llamada general a las urnas.

Los laboristas consiguieron, entre tanto, retener un escaño en juego en una elección parcial celebrada el jueves en el distrito de Peterborough (este del país). La candidata laborista se impuso a su rival del Partido del Brexit por un margen de 683 votos, mientras que el aspirante conservador quedó en tercer lugar.