El próximo lunes, día 10, EE UU debería imponer aranceles del 5% a las importaciones de México, según las amenazas del presidente Trump. Sin embargo, el número de legisladores, demócratas o republicanos, opuestos a la iniciativa es creciente, explicó ayer el senador demócrata Gary Peters (Michigan, epicentro del sector automotriz en EE UU), quien calificó de muy amplio el rechazo.

"Mis colegas republicanos están muy preocupados con estas tarifas", dijo Peters, pocas horas después de que un numeroso grupo de republicanos se reuniese para expresar su oposición a unos aranceles que irían creciendo un 5% cada mes hasta alcanzar el 25% en septiembre. La industria del automóvil sufriría con la medida, ya que buena parte de los componentes que utiliza se fabrican en México y estos rubros, junto a vehículos ya montados, son el grueso de la exportación mexicana a EE UU.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, volvió a confiar ayer en que los aranceles no lleguen a imponerse. El principal asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, declaró por su parte que tal vez "los aranceles no entren en vigor", puesto que el toque de atención a México sobre la necesidad de que controle sus flujos migratorios ya ha sido dado.