Una joven holandesa de 17 años, Noa Pothoven, decidió poner fin a su vida, con autorización de sus padres, después de años sufriendo estrés postraumático, depresión y anorexia, consecuencia de los abusos sexuales que sufrió de pequeña, según confirmó su hermana.

Noa optó, tras no poder recibir eutanasia legalmente, por "parar de comer y beber", algo que le ha provocado su muerte, según informa Newtral, que ha contactado con la asociación holandesa NNVE (especializada en educar sobre eutanasia y suicidio asistido en los Países Bajos).

La adolescente, conocida en Holanda por haber escrito su autobiografía titulada "Winnen of leren" (Ganar o aprender, en neerlandés), en la que reconocía haber sido víctima de abusos sexuales y agresiones cuando era más pequeña, se despidió de sus seguidores en la red social Instagram anunciando que había decidido poner fin a su vida.

Pothoven sufrió abusos sexuales cuando tenía 11 años; también a los 12. A los 14, fue violada por dos hombres, según apunta el diario holandés Gelderlander.

Se despidió de sus seguidores

"No me voy a andar con rodeos: voy a estar muerta como mucho en diez días. Tras años de lucha, mi lucha ha terminado. Por fin voy a ser liberada de mi sufrimiento porque es insoportable. No me intentéis convencer de que esto no es bueno. Es una decisión bien considerada y definitiva", escribió en su mensaje de despedida.

Según relató Noa, había "dejado de comer y beber durante un tiempo" y subrayó que estaba "todavía respirando pero sin estar viva". Tras muchas conversaciones y revisiones los padres y los médicos acordaron no obligarla a ser alimentada.

La hermana de Noa confirmó al diario holandés AD que la menor había muerto el pasado domingo.

Su vida "no tenía ningún significado"

La menor, de la ciudad holandesa de Arnhem, ya afirmó en su autobiografía, publicada hace un año y premiada varias veces en Holanda, que "no tenía ningún significado" seguir con vida porque no había logrado superar los problemas psicológicos desde que sufrió los abusos.

La hermana de Noa explicó que la joven había solicitado la eutanasia en diciembre del 2018 a Levenseindekliniek, una red de 50 equipos de doctores y enfermeros que practican estos procesos desde el propio hogar: le fue denegada al ser demasiado joven. La eutanasia puede ser solicitada desde los 16 años en Holanda, pero los padres deben estar informados y en el caso de Noa, sus padres no lo sabían, según el diario Gelderlander.

"Piensan que soy muy joven. Creen que debo terminar el tratamiento psicológico y esperar a que mi cerebro esté completamente desarrollado. Eso no pasará hasta que tenga 21 años. Estoy destrozada porque no puedo esperar tanto. Revivo el miedo y el dolor a diario. Siento que mi cuerpo está aún sucio", escribió en su biografía.

En la última etapa de su vida, había sido ingresada en tres instituciones tras algunos intentos de suicidio, pero según denunció su madre, la niña debía estar "en un centro psiquiátrico, pero hay una larga lista de espera" en Holanda.

La familia buscó diferentes tipos de tratamientos psiquiátricos, incluso contemplaron el electroshock, pero fue desestimado debido a su corta edad. La joven insistió a sus padres en que no quería más tratamientos y se instaló una cama de hospital en casa bajo el cuidado de su familia.