Rusia y España entraron ayer en una espiral de conflicto diplomático. El Kremlin citó al embajador español en Rusia, Fernando Valderrama, para expresarle sorpresa y decepción por unas declaraciones "inamistosas" del ministro de Exteriores, Josep Borrell, en una entrevista con el diario "El Periódico". Moscú estima que esas declaraciones representan "un perjuicio para las relaciones entre Rusia y España".

En la entrevista, preguntado sobre el papel que debe desempeñar Europa en materia geopolítica en el nuevo mundo que se está creando, Borrell afirmó, entre otras cosas, que "nuestro viejo enemigo, Rusia, vuelve a decir aquí estoy yo, y vuelve a ser una amenaza, y China aparece como un rival".

El ministerio de Exteriores español explicó que la llamada a Valderrama "ha sorprendido negativamente" al Gobierno. Para Exteriores, Rusia ha tenido una reacción excesiva, "interpretando en clave bilateral una serie de reflexiones geopolíticas hechas desde el prisma europeo".