El día después de la renuncia en diferido de la primera ministra británica, Theresa May, deparó el anuncio de un nuevo candidato a sucederla en el liderazgo "tory" y en el 10 de Downing Street y síntomas evidentes de que la batalla entre los numerosos aspirantes a culminar el "Brexit" -que será duro o no será- se librará a cara de perro.

El último en sumarse a la carrera es el actual ministro de Sanidad, Matt Hancock, que dijo a la BBC que el Partido Conservador necesita "mirar al futuro" y "dejar atrás la espantosa política de los últimos tres años", en neta crítica al proceso de negociación y culminación del Acuerdo de Retirada protagonizado por la "premier" dimisionaria.

Hancock, de 40 años, adelantó que, de triunfar su candidatura, tratará de recabar apoyos de los Comunes para intentar obtener un acuerdo de "Brexit" diferente al consensuado por May. No dio, claro, más detalles.

El aspirante también descartó la convocatoria de elecciones generales anticipadas para salir del atolladero del "Brexit". Esos comicios resultarían "desastrosos para el país" y podrían aupar a (el líder laborista) Jeremy Corbyn a primer ministro "antes de Navidad", advirtió. Nada de adelantos electorales, pues.

Más nombres. El camino que ayer empezó a transitar Hancock ya lo están recorriendo el titular de Exteriores, Jeremy Hunt; el ministro de Desarrollo Internacional, Rory Stewart; el extitular de Exteriores Boris Johnson y la exministra de Trabajo y Pensiones Esther McVey, si bien hay aproximadamente otra docena de destacados "tories" que se plantean dar la batalla a los más madrugadores en la línea de salida.

Stewart rompió las hostilidades con una primera andanada a Johnson, el favorito, que el viernes, después de alabar irónicamente el "estoico servicio" de May al país, puso las cosas en su sitio: el 31 de octubre el Reino Unido "saldrá de la UE, con o sin acuerdo".

Stewart adelantó que no podría trabajar en un gabinete con Johnson al frente: "No podría servir en un Gobierno cuya agenda fuera empujar al país a un 'Brexit' sin acuerdo", por ser un escenario "dañino y deshonesto". Stewart aseguró que él sería capaz de "ejecutar el 'Brexit' y unificar el país", tremendamente dividido sobre esta cuestión, y alertó de que una marcha abrupta dejaría al Reino Unido sumido en un "limbo".

Pero Johnson no ceja y parece estar siguiendo una línea tan disruptiva como la de Donald Trump en EE UU. Con las lágrimas de May aún calientes, el viernes advirtió: "La mejor manera de obtener un buen acuerdo es prepararse para un 'Brexit' sin acuerdo".

El problema es que el Parlamento se opone firmemente a una salida por las bravas y que, dado que Bruselas no piensa renegociar, Johnson (o quien releve a May) lo tendrá igual de difícil que la todavía primera ministra.