Puede que al fin haya llegado la hora. Medios británicos daban ayer por más que probable que la primera ministra, Theresa May, presente hoy la dimisión. O si no, que avance al menos cuándo piensa hacerlo. La presión de su partido, el Conservador, es enorme, y algunos analistas creen que tras la celebración ayer de las elecciones europeas en el Reino Unido, May puede decidirse a dar el paso que le reclaman los "tories", alarmados por que la "premier" haya llegado a ofrecer a los laboristas dos concesiones irritantes -el mantenimiento de una unión aduanera temporal y un segundo referéndum- con tal de obtener su apoyo para validar el Acuerdo de Salida negociado y firmado con Bruselas y tres veces derrotado en el Parlamento.

Presionada por sus ministros, además de por su partido, May accedió ayer a retrasar la presentación de las "novedades" de su plan del "Brexit", prevista para hoy, hasta la semana del 3 de junio, cuando tenía pensado someter el Acuerdo de Salida a un cuarto escrutinio de los diputados en los Comunes.

Esta decisión ha sido leída de forma antagónica. Por un lado, un portavoz de May dijo que la primera ministra "está escuchando las inquietudes" de sus ministros sobre el proyecto legislativo. Estaría, entonces, aferrándose al poder. Pero el retraso también ha sido interpretado como la enésima muestra de la debilidad de la "premier", y la impresión es que la inquilina del 10 de Downing Street ha iniciado la cuenta atrás para su salida del Gobierno.

May se reúne hoy con Graham Brady, el presidente del Grupo parlamentario "tory", el llamado Comité 1922, y medios como "The Times" o "The Guardian" aventuraban ayer que, después de ese encuentro, la asediada y aislada primera ministra renunciará o, si no, presentará un calendario para su marcha.

Según la BBC, Brady pedirá a May que fije la fecha de su salida para antes del 10 de junio o, de lo contrario, pondrán en marcha un proceso de expulsión. Pero esa alternativa presenta varios problemas. Uno, que May ya superó una moción de censura de los "tories" en diciembre, y si los instigadores de su expulsión no tienen mayoría para cambiar las reglas internas, no hay posibilidad de someterla a otra censura en el plazo de un año. Y dos: que el presidente de EE UU, Donald Trump, tiene programada una visita al Reino Unido entre el 3 y el 5 de junio y, en caso de que haya otra censura interna, habría que relevar a May a toda prisa.

El diputado conservador Mark Spencer fue el encargado de anunciar que, en vez de hoy, el nuevo plan del "Brexit" se tramitará en el Parlamento la semana del 3 de junio, con la esperanza de que se vote el día 7. May habría sido presionada para retrasar l a fecha de presentación por, entre otros, el ministro de Interior, Sajid Javid, y el de Asuntos Exteriores, Jeremy Hunt.

Spencer compareció en lugar de Andrea Leadsom, hasta ahora líder "tory" en los Comunes, que dimitió el miércoles por la noche por desacuerdos con el nueva tentativa legislativa de aprobar el plan del "Brexit". La marcha de Leadsom -con quien May compitió por el liderazgo- ha terminado de cerrar el círculo de presión sobre la "premier" para que dimita. Pero su portavoz reiteró que de momento la mandataria "sigue centrada" en resolver el "Brexit", pese a las crecientes críticas de sus ministros.