Todavía no es una exigencia oficial pero cobra cada vez más forma: los laboristas británicos no apoyarán en los Comunes un acuerdo de salida de la UE que no incluya el compromiso de ser sometido a referéndum. El portavoz laborista para el "Brexit", Keir Starmer, advirtió ayer a la primera ministra, Theresa May, que un entendimiento entre su partido y el Gobierno deberá ser sometido al voto de la población pues, sin esa garantía, es poco probable que salga adelante en el Parlamento. En declaraciones al diario "The Guardian", Starmer estimó entre 120 y 150 los diputados laboristas que sostendrán esa exigencia. Una presión que todavía no ha conseguido mover al líder de su partido, Jeremy Corbyn, a poner el referéndum como condición, aunque sí a prometer que lo apoyará si el acuerdo que se alcanza no es "sensato".

Ante la inminencia de las elecciones europeas del próximo día 23 -en Reino Unido se celebrarán el jueves y no el domingo como en España-, los laboristas temen perder el respaldo de aquellos de sus votantes que se pronunciaron contra el "Brexit" en el referéndum de junio de 2016.

Starmer consideró, en las citadas declaraciones, que "si el voto progresista se divide (en las europeas), entonces se abrirá el camino al Partido del Brexit y se le permitirá pretender que representa el punto de vista mayoritario". Este aviso llega después de que conservadores y laboristas sufrieran un serio varapalo en las elecciones municipales inglesas de principios de este mes.

Las últimas encuestas dan al Partido del Brexit, del eurófobo Nigel Farage, el primer lugar en las encuestas, gracias a capitalizar el descontento por el laberinto en el que se ha convertido el proceso de salida de la UE. Sin embargo, Farage ni siquiera ha desvelado su programa, ya que se ha concentrado en exclusiva en la defensa del "Brexit". Ayer anunció que lo hará tras los comicios.