Las milicias palestinas en Gaza desencadenaron ayer un nuevo repunte de la tensión con el disparo en pocas horas de más de 200 cohetes contra Israel, que respondió con bombardeos de represalia sobre objetivos militares. Estas acciones causaron la muerte de una bebé palestina y su madre, además de un miliciano y un joven.

Las sirenas antiaéreas sonaron de manera intermitente durante todo el día en comunidades periféricas a la franja, pero también en otras regiones del centro del país como Bet Shemesh, a unos 30 kilómetros al oeste de Jerusalén.

La respuesta israelí alcanzó al menos a unos 120 objetivos militares de los movimientos islamistas Hamás, que controla Gaza, y la Yihad Islámica. Entre ellos figuraban unas oficinas de Inteligencia en la ciudad de Gaza, además de campos de entrenamiento, fábricas de armas y un túnel ofensivo transfronterizo que la Yihad Islámica excavaba desde hacía semanas y se adentraba en Israel, según informa la agencia "Efe".

En Gaza una mujer embarazada y su bebe de catorce meses murieron en un bombardeo israelí a unas instalaciones militares cerca de su casa, informó el Ministerio de Sanidad palestino, que cifra en dieciocho los heridos en toda la franja por los ataques. Un miliciano falleció en otro bombardeo y, posteriormente, un palestino de unos 25 años perdió la vida en un bombardeo cuando viajaba en una motocicleta en el norte de Gaza.