Los votantes en las elecciones municipales disputadas en Inglaterra el jueves han castigado tanto a los conservadores de la primera ministra, Theresa May, como al opositor Partido Laborista de Jeremy Corbyn por la parálisis generada en el proceso del "Brexit".

La debacle del Partido Conservador le ha hecho perder 1.240 asientos de los 4.901 que consiguió hace cuatro años, además del control de 41 ayuntamientos, una estrepitosa caída que May calificó ayer como "un momento difícil".

Por su parte los laboristas perdieron 76 concejales y su mayoría en cinco ayuntamientos, situándose en un total de 1.944 concejales. Los eurófobos del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), también castigados, se dejaron otros 141 puestos y sumaron 30 ediles.

Los grandes beneficiarios de estas debacles han sido los liberaldemócratas, que, escrutados los resultados de 236 de los 248 ayuntamientos ingleses en juego, han ganado 647 escaños, sumando 1.272 de los 8.425 concejales que se repartían el jueves, además de hacerse con la mayoría en diez consistorios. Se trata de sus mejores resultados en los últimos 25 años.